No hay una fecha en la que todo el mundo coincida. Es más, que no haya una fecha es en sí mismo un dato importante: la modernidad no sucede de un día para el otro, sino que su llegada es un proceso donde hay varios momentos importantes.
Lo primero que hay que tener en cuenta es un concepto básico: lo habitual es que lo moderno se considere en oposición a lo clásico.
Lo moderno tiene que ver con el mirar hacia el futuro rechazando todo lo que ha sido enseñado hasta el momento. Por eso la modernidad empieza cuando hay una ruptura con la “academia” (una palabra que habla de la tradición, de la enseñanza rígida de las normas clásicas de la representación).
El primer quiebre sucede cuando el artista sale en busca de la “experiencia directa”, quiere tener su propia experiencia (no la que le imponen en la academia).
Y cuando empieza a importar el artista (lo que él mismo ve, lo que él mismo siente) más que la cosa representada (que hasta ahora se representaba según como se enseñaba en la academia) empieza entonces a nacer el arte moderno.
El artista ya no es sólo un talentoso, sino que empieza a poner mucho de sí en la obra. El artista empieza a ser lo que hoy consideramos un “artista”.
Esa búsqueda de la experiencia directa la vamos a encontrar en pintores como Constable y Turner (La carreta de heno -1821- de Constable provoca un escándalo), pintores considerados como parte del romanticismo. También a esa búsqueda la encontramos en el espíritu de la Escuela de Barbizon y del realismo.
Pero antes de seguir hagamos un paréntesis: mucho antes del comienzo de la modernidad, incluso siglos antes, vamos a encontrar algunos pintores con actitudes modernas, con espíritu moderno y que han sido inspiración o antecedentes de movimientos modernos. Son artistas que justamente rompen en su momento con la tradición, y en su época son considerados “modernos”. Pensemos en Velázquez, Rembrandt, Goya (un pionero del expresionismo a principios del siglo XIX), Delacroix, por citar algunos.
Luego de esa aclaración, volvamos a la segunda mitad del siglo XIX donde encontramos un momento decisivo: El Salón de los Rechazados de 1863, con las obras de Manet Almuerzo sobre la hierba y Olympia.
Hay quienes consideran el Almuerzo como la primera obra de la modernidad, ya que escandaliza a casi todo París y a su vez deslumbra a los jóvenes que iniciarán el impresionismo (por ser algo completamente nuevo y que muestra algo decididamente “real”, muy diferente de lo “ideal” que se enseña en la academia”). Tengamos en cuenta que el impresionismo es considerado por muchos como el primer movimiento decididamente moderno.
Más allá de las fechas, lo importante es cómo se desarrolla el proceso: de la enseñanza académica el artista para a vivir la experiencia directa, y una vez que es importante “cómo ve él” no tarda mucho en aparecer en escena la subjetividad. El arte moderno es el arte donde vamos a encontrar la subjetividad del artista, la exploración del inconsciente (en 1899 causa furor la publicación de La interpretación de los sueños, de Freud), lo oculto, lo simbólico. El artista mostrará su cosmovisión (su propia visión del cosmos) o creará su propio universo. E incluso creará su propio lenguaje para comunicar ese universo.
Nuestra manera favorita de definir el arte (que incluye figurativamente todo lo anterior) es: “el arte sucede cuando un artista crea un universo, y desarrolla un lenguaje para comunicarlo”. Así es como vemos el arte ahora, que no es lo mismo que como se veía hace siglos.
Por último, tomemos nota de unos datos que pueden ser referencias interesantes:
- La colección de arte moderno del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París, empieza con el fauvismo a principios del siglo XX.
- No obstante ello, en París, todo lo anterior a ese momento que sería parte de la modernidad, está en el Musée d’Orsay. La colección del Musée d’Orsay (que incluye los famosos cuadros que nombrábamos de Manet) empieza en 1848.
- La colección del Museo de Arte Moderno (Moma) de Nueva York comienza a partir de 1880.
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