Los atardeceres de barro y papel en la nueva exposición de Jaime Suárez

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El arquitecto, ceramista y escultor presenta su obra más reciente, “Caligrafías y otros gestos”, donde explora las texturas y los colores desde otra perspectiva

Para apreciar mejor la nueva exhibición del reconocido arquitecto, ceramista y escultor Jaime Suárez, “Caligrafías y otros gestos”, también es menester conocer el ambiente donde vive actualmente el artista. Un espacio que, además de darle la materia prima que necesita para su trabajo, también le ha servido de inspiración para crear 17 obras creadas a partir del barro y el papel.

Piezas de arte que nacieron en los últimos ocho meses, luego de que el artista se mudara a una finca familiar frente al lago Carite y que se podrán disfrutar de forma virtual a través de las redes sociales y de la página de Galería Petrus desde el próximo lunes 16 de noviembre o por citas previa para una visita presencial.

“En las obras no hay una sola palabra ni caligrafía en el sentido literal del arte caligráfico. El título de la exhibición se refiere a la idea de componer con unos elementos para ir construyendo una narración”, aclara el también dibujante, tras mencionar algunos de los títulos de algunas de las obras, como Caligrafía del tiempo, Caligrafía telúrica, Caligrafía nocturna y Caligrafía del alba.

El artista, autor de piezas íntimas en pequeño formato, murales tridimensionales, así como piezas escultóricas de gran tamaño -como su famoso “Tótem telúrico” ubicado en la Plaza del Quinto Centenario en el Viejo San Juan-, revela que una de sus obsesiones como arquitecto siempre han sido las denominadas casas mínimas o “mini-houses”.

Jaime Suárez al frente de su casa «minima» en el área del lago Carite, donde ha creado las nuevas obras que se exhiben en Galería Petrus. (Arquitecto Ivan Valle) (ELNUEVODIA.COM / Suministrada )

Y es, precisamente, en una de esas casitas, donde ha creado esta nueva exposición. Allí, además, un sobrino y su esposa cultivan la tierra, algo que el describe como “la nueva generación de jóvenes que está tratando de alimentar el país” y como una experiencia con que también ha aprendido mucho sobre agricultura.

“Llevo unos ocho meses viviendo en esta pequeña casa, mi patio son 17 cuerdas de terreno y mi piscina es el lago Carite donde puedo nadar y tengo mi bote de remos con el que salgo a remar casi todos los días”, describe Suárez, tras resaltar que ha sido un cambio de vida que le ha venido muy bien. Al punto de que este trimestre decidió no regresar a su cátedra de profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica.

En esa idílica casita campestre, el artista dice que tiene todo lo que necesita, como la terraza al aire libre que le sirve de estudio de trabajo y donde seca las piezas al sol. Además, en los alrededores puede conseguir un barro rojo y otro de color ocre amarillento que “son preciosos”, con los que pinta el papel que utiliza para crear las nuevas piezas.

Sin embargo, el artista aclara que para esta muestra no trabaja la cerámica como tal porque no tiene los hornos y que más bien se concentró en el uso del papel, algo que antes utilizaba como soporte para la impresión del barro. Ahora, más bien le interesa la expresividad del papel, las texturas que se le pueden sacar y el resultado cuando lo baña con barro.

“El papel es el que habla en las obras”, asegura Suárez para explicar que en cada obra también aplica pintura en acrílico, logrando algo distinto y nuevo “que me evoca el paisaje que vivo en Carite, donde los atardeceres son únicos”. “Colores que me han inspirado para crear esta nueva colección en la que juego, un poco en broma y en serio, con la idea de que si el cielo fuera de barro, cómo serían las puestas de sol”, sostiene el escultor, quien dice que en cada atardecer en Carite hay una construcción de nubes, colores y luces, lo que le pareció que el cielo “estaba haciendo una caligrafía, de ahí el título de la exhibición”.

Expresión a través de la textura

Sobre los materiales que utiliza, Suárez dice que le interesan los que le permiten expresarse a través de la textura. “Eso es lo que he estado explorando hasta cierto punto con el papel, para dejar que sea el que hable en la obra”.

Explica que, aunque casi todas las obras son bidimensionales o planas, también ha estado explorando con collages tridimensionales. El resultado es una composición con pedazos o fragmentos de papeles a los que trata como como objetos que se salen de la pared.

“Esas piezas de papel las trabajo sobre madera y no necesita el enmarcado tradicional, están barnizadas y el montaje es como si fuera una pintura”, explica para luego describir el proceso “medio espontáneo y hasta caligráfico de ir construyendo, añadiendo una pieza al lado de la otra o encima de la otra”, aunque enfatiza que no hay un diseño como tal. Como ejemplo, menciona una pieza titulada “Luna de medianoche” que también se podría llamar “Luna de papel” por la construcción que ha hecho con pedazos de papel bañados en barro.

“Pero hay una cosa que es bastante espontánea y medio lúdica que es ir descubriendo a medida que vas haciendo. Es ese proceso de descubrir una belleza en una cosa que, hasta cierto punto, la considerarías insignificante porque es un retazo de papel. Pero eso lo ves pegados en las distintas composiciones y de por sí, cada uno te cuenta una historia”, reitera.

«Sol de medianoche II», una de las obras de la exposición «Caligrafías y otros gestos».

Esta obra, sin embargo, no se aleja mucho de la que ha hecho hasta ahora, acepta Suárez. Recuerda, por ejemplo, una exhibición que hizo hace varios años, Paisajes estratificados, que fue solamente de collages. “Lo que hago ahora es como un regreso, pero con una nueva actitud porque ahora, más que la composición, busco la textura. Además, en esta se añade el elemento tridimensional del objeto y más búsqueda de la textura”.

A sus 73 años, el arquitecto dice que este nuevo estilo de vida es como volver a empezar, además de sentirse sumamente tranquilo, más relajado y respirando el aire fresco del campo.

“Creo que dentro del estrés que todo el mundo está viviendo con la pandemia, para mí ha sido una cura estar aquí y, hasta cierto punto, una gran seguridad (para no contagiarse)”, comenta, mientras asegura que en los pasados meses ha producido una gran cantidad de trabajo que inclusive le sorprende.

“La exhibición es una muestra de parte del impulso creativo que ha provocado la presente situación. Pienso que la conciencia de la precariedad que implica la pandemia, especialmente para los de mi edad, ha provocado una ansiedad por producir y producir vertiginosamente con lo que tengo más accesible, como si fuera lo último que voy a producir”, sostiene el artista.

De la misma forma, destaca que a pesar de todo lo que ha provocado el coronavirus y de que no se pueden hacer exposiciones o aperturas para el público, hay mucho interés por parte del público en comprar arte. “No sé si es porque están más tiempo en la casa y quieren cambiar el ambiente, pero para mi sorpresa la obra de arte se está moviendo muy bien en esta época”.

Más información

La exposición virtual “Caligrafías y otros gestos” inaugura de forma virtual este lunes 16 de noviembre en Galería Petrus.

– La exhibición estará disponible a través de un vídeo que podrá ser visto en la página de la galería (http://petrusgallery.com), a través del canal de YouTube de la galería, en las redes sociales de Facebook e Instagram y a través de la aplicación móvil: Galería Petrus.

Autor: Ileana Delgado Castro

Leer más en: El Nuevo Día

 

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