Hay mucho que pensar a partir de lo que escuchamos. Según dos editores, en este campo existe un déficit.
“A los loquitos de la música, donde quieran que estén”, dedicaba el periodista Fernando García, al comienzo de su libro Cómo entrevistar a una estrella de rock y no morir en el intento. Y este inicio sirve para hablar de editoriales que se dedican a lo musical y que parecen hacerse cargo de la dedicatoria de García.
Su trabajo es, básicamente, satisfacer las inquietudes de aquellos que se quedaron con ganas de saber más sobre qué pasa hasta llegar al disco o cómo se formó tal o cual grupo (o por puro gusto nomás).
Una de esas editoriales es Gourmet musical, cuyos títulos son la puerta de entrada a historias que estaban en el imaginario popular pero tan solo a través de anécdotas. En su colección hay libros como Cemento, el semillero del rock de Nicolas Igarzábal, Rock Sudaka, la historia de Korneta Suárez y Los Gardelitos o Por qué escuchamos a Anibal Troilo, de Eduardo Berti. Quedan muchos rincones de nuestra música por ser contados e investigados. “Revalorizar el rol de la investigación musical como un campo relevante más allá de la simple chismografía y anecdotario de las grandes estrellas”, dice Leandro Donozo, creador de la editorial.
Por su lado, Roque Di Pietro, responsable de Vademécum, precisa: “Es la disección, la observación microscópica de un puñado de meses en que el músico concibe y entrega, por lo general, una obra maestra”, cierra.
“Sigue sin haber investigaciones exhaustivas o más o menos modernas sobre muchos de los grandes músicos argentinos» – Leandro Donozo
No se busca la novedad que nadie haya escuchado, pero sí una punta de lanza para descubrir un costado del que nadie hasta el momento había hecho mención. O echar a andar una nueva hipótesis.
“Sigue sin haber investigaciones exhaustivas o más o menos modernas sobre muchos de los grandes músicos argentinos, lo que es aún peor si pensamos en trabajos que ahonden en el aspecto musical o sonoro. No hay libros que expliquen o analicen el estilo musical de los grandes nombres de nuestra música como Spinetta, Charly, Yupanqui o Troilo, por nombrar solo algunos”, apunta Donozo.
“La producción bibliográfica musical argentina (específicamente sobre rock) está en pañales, especialmente la que interactúa con los archivos periodísticos. Hay mucho más que la colección en pdf de Expreso Imaginario o los resultados del Google”, resume Di Pietro.
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