Una integrante del jurado que seleccionó el álbum de Kendrick Lamar como finalista para el Premio Pulitzer dice que la decisión fue unánime, no divisiva.
La profesora de Columbia Farah Jasmine Griffin dijo que el jurado de cinco miembros acogió con beneplácito la oportunidad de evaluar “DAMN.” y tener “una conversación seria sobre el arte”.
El jurado escuchó unas 180 piezas de música y después deliberó por unos días antes de remitirle a la junta final tres obras: el álbum de Lamar junto con “Quartet” de Michael Gilbertson y “Sound from the Bench” de Ted Hearne.
El lunes se anunció el Premio Pulitzer de música a Lamar, quien hizo historia como el primer artista no clásico o de jazz en recibir el prestigioso reconocimiento.
El venerado rapero es también el músico de mayor éxito comercial que recibe el galardón, usualmente reservado para artistas clásicos aclamados por la crítica que no figuran en las listas de popularidad.
El rapero de 30 años fue reconocido por “DAMN.“, su crudo y poderoso álbum laureado con el premio Grammy. La junta del Pulitzer dijo el lunes que el disco es una “virtuosa colección de canciones” que captura “la vida afroamericana moderna”. El premio conlleva un metálico de 15,000 dólares.
Lamar ha sido elogiado por la profundidad de sus letras, sus actuaciones en vivo cargadas de política, y su rica mezcla de hip hop, palabra hablada, jazz, soul, funk, poesía y sonidos africanos. Desde que emergió en la escena musical con el álbum de 2011 “Section.80”, ha logrado la mezcla perfecta de atractivo comercial y respeto de la crítica.
La junta del Pulitzer le ha otorgado premios especiales a Bob Dylan, Duke Ellington, George Gershwin, Thelonious Monk, John Coltrane y Hank Williams, pero una figura popular como Lamar nunca había ganado el premio de música. En 1997, Wynton Marsalis se convirtió en el primer jazzista en recibirlo.
Esto hace que la victoria de Lamar sea mucho más notable. Sus discos certificados platino — “good kid, m.A.A.d city”, ″To Pimp a Butterfly” y “DAMN.” — se convirtieron en obras de arte en las que Lamar canta sobre la experiencia afroestadounidense, la vida de la calle, la brutalidad policial, la perseverancia, la supervivencia y la autoestima. Sus lacerantes raps lo ayudaron a convertirse en la voz de una generación y a ascender con facilidad como un líder del hip hop que ha conquistado públicos más allá del rap, del rock al pop y el jazz.
También ha dominado las listas de popularidad con una docena de éxitos en el Top 40, incluyendo el No. 1, “Humble”, e incluso ha colaborado con grupos y artistas como U2, Taylor Swift, Imagine Dragons, Rihanna y Beyonce.
Canciones como “Alright” y “The Blacker the Berry” se han vuelto himnos tras tiroteos policiales de alto perfil contra minorías, mientras la conversación sobre relaciones raciales domina los titulares de noticias. Lamar le dio una dosis de seriedad a los Premios BET de 2015 cuando rapeó montado sobre una patrulla policial con una gran bandera estadounidense ondeando tras él. Y en los Grammy de 2016, durante una actuación increíblemente visual, apareció como si estuviera golpeado, con esposas y cadenas en las manos y magulladuras en los ojos, mientras interpretaba letras poderosas ante el público.
Lamar ha recibido 12 premios Grammy, pero sus tres principales producciones no han ganado la categoría principal de álbum del año. Cada una de estas pérdidas ha sido criticada por la comunidad musical, llevando a muchos a opinar que la Academia de la Grabación estaría desfasada. “DAMN.” perdió el Grammy al álbum del año en enero ante “24K Magic” de Bruno Mars.
Lamar, nacido en Compton, California, fue seleccionado a dedo por el director de “Black Panther” Ryan Coogler para que curara un álbum que acompañaría al exitoso filme, lo que le dio al rapero otro esfuerzo No. 1 con un proyecto ampliamente elogiado.
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