Lo mejor de la gala de los MTV Awards fue la presencia de Jennifer Lopez. Madonna salió escaldada
En la gala de los VMA de la cadena MTV, que premia los mejores videoclips del año, se veían butacas vacías en el Radio City Music Hall. Dicen que muchos que las ocupaban se marcharon a los espectaculares vestíbulos art-deco de la sala de conciertos neoyorquina, donde se despachaban tragos y palomitas gratis. Pero también es posible que algunos de esos asientos estuviera reservado para muchas de las grandes estrellas que faltaron a la cita. Cuando la MTV era el gigante que construía carreras musicales con la proyección de los videoclips de los artistas, esta gala era una fiesta a la que nadie quería faltar. Pero en la de este año no se vio a la mayoría de los grandes entre los grandes: ni clásicos como la pareja Beyoncé y Jay-Z, Lady Gaga, Taylor Swift, Kanye West, Rihanna o Adele; ni estrellas más recientes como Drake, Kendrick Lamar, Childish Gambino, Bruno Mars o Ed Sheeran. Muchos han puenteado a un canal tradicional para la propagación de su música como la MTV y, al menos este año, han preferido relacionarse con sus seguidores sin intermediarios a través de sus cuentas de Instagram o sus canales de YouTube.
El hueco que dejaron lo aprovecharon otros. La que más, Jennifer Lopez, que ejecutó un impresionante número en el que mezcló doce éxitos de su carrera discográfica, desde «Waiting for Tonight» a «Jenny From the Block», con la intervención estelar de un metro de la ciudad de Nueva York, el número 6, el que recorre Manhattan camino al Bronx, una referencia al barrio en el que se crió. La cantante y actriz de origen puertorriqueño recibió el premio Video Vanguard, que reconoce a una trayectoria musical plagada de éxitos en los videoclips, rematada este año su éxito «El anillo».
Lopez fue una de las estrellas que, ante las ausencias, tuvo que hacer doble turno: actuar y recibir o entregar un premio. Otra fue Ariana Grande, que convirtió el Radio City Music Hall en una capilla profana con su «God Is a Woman» («Dios es una mujer»), con coreografía inspirada en La Última Cena inspirada en los atrevimientos de Madonna.
La «reina del pop» sí apareció en la gala, y fue en uno de sus momentos cumbres, la entrega del premio al mejor vídeo del año. Se personó cargada con varios kilos de abalorios y protagonizó uno de los momentos más criticados de la noche. Cuando parecía dedicado un homenaje la figura de Aretha Franklin, fallecida recientemente, Madonna acabó hablando más de ella misma. El galardón se lo llevó Camila Cabello, una de las triunfadoras de la noche -también se llevó el premio a la artista del año-, por el videoclip de «Havana».
El baile de Maluma
La artista de origen cubano disfrutó como nadie con una de las actuaciones más celebradas de la gala, la del colombiano Maluma, catapultado ya a potencia mundial de la música. Cabello sacó a bailar a su madre, en una noche en la que la maternidad tuvo mucha presencia. Cardi B y Jennifer Lopez hablaron con emotividad de sus hijos, mientras que Ariana Grande sacó a su madre y a su abuela a bailar en su número.
Menos tirón tuvo la actuación de Nicki Minaj, que tuvo acento español: tuvo lugar en el Oculus, el intercambiador de transportes futurista que el arquitecto Santiago Calatrava diseñó para el World Trade Center de Nueva York.
A la gala tampoco le faltó contenido político, en un momento agitado en EE.UU. El cómico Kevin Hart, uno de los presentadores de premios, criticó a Donald Trump y su cruzada contra los jugadores de la NFL que se arrodillan con el himno antes de los partidos. «Aquí podéis hacer lo que queráis, no hay un viejo hombre blanco que os pare», dijo. Después, el rapero Logic vistió una camiseta con la leyenda «Que le jodan al muro», en relación al que Trump quiere instalar en la frontera con México, y se acompañó en el escenario de jóvenes inmigrantes. En sus camisetas se podía leer «Todos somos seres humanos».
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