La vida de Joaquín Sabina, nacido en Jaén el 12 de febrero de 1949, daría para una película. O al menos para una serie como la que se estrenará en 2020 con la dirección de Fernando León de Aranoa y un equipo de guionistas liderado por Manuel Ríos San Martín, que ya ha trabajado en miniseries similares como «Raphael: una historia de superación» o «Maradona, la mano de Dios». Siempre en el límite entre realidad y leyenda urbana, la biografía del bardo afincado en la madrileña calle Relatores contiene anécdotas realmente increíbles.
1. Rockero a los 14 años
Con sólo catorce años montó su primera banda, en la que ya componía música y letras. Se llamaban Merry Youngs (en la foto, a la izquierda) y sobre todo hacían versiones de sus héroes del rock’n’roll, como Elvis Presley, Chuck Berry o Little Richard. 2. Se fugó de casa por amor
2. Se fugó de casa por amor
Siendo aún un adolescente, se enamoró de Chispa, a quien dedicó varios poemas. Ella era hija de un notario de Úbeda que se opuso a la relación, y se la llevó a Granollers para apartarla de él. Pero el joven Joaquín no se dio por vencido, se fugó de casa y fue en su busca, instalándose en una tienda de campaña junto a la casa familiar de su amada. Poco después se escaparon juntos al Valle de Arán, donde vivieron unos días «de cuento de hadas», como recordó años más tarde el artista. Detenido por su padre
3. Detenido por su padre
Su padre, que era comisario de policía en Úbeda, se vio obligado a arrestarle en 1970 por su pertenencia al Partido Comunista y su relación con grupos de extrema izquierda. «Fue más duro para él que para mí», recordó el artista años después.
4. Huyó de España con pasaporte falso
Ese mismo año (1970), lanzó un cóctel mólotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en Granada en protesta por el proceso de Burgos. La persecución policial posterior hizo que tomase la decisión de salir del país, pero no tenía pasaporte. Así que escapó con el de otra persona, poniendo rumbo primero a París y luego a Londres, donde vivió de okupa durante un año.
5. Escondió a miembros de ETA en su casa
Durante su estancia en Londres vivió el que sin duda es el episodio más oscuro de su biografía: su casa de la capital londinense sirvió de refugio para miembros de ETA fugados de España. Años más tarde se arrepintió y comenzó a llamar «hijos de puta» a los etarras en sus conciertos. «La izquierda de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debiera pedir perdón por su complacencia con ETA durante muchos años», dijo en una entrevista en el año 2000. «Yo tuve en mi casa de Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que creo que la gente como yo está muy obligada a estar muy en contra y a decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más».
6. Actuó para un Beatle
En uno de los pubs en los que solía actuar durante su exilio en Londres llegó a cantarle el «Happy Birthday» a George Harrison, que apareció por allí una noche para celebrar su fiesta de cumpleaños. Según cuenta la leyenda, el guitarrista de los Beatles le dio como proina un billete de cinco libras que ha guardado todos estos años como un tesoro. También actuó para Elizabeth Taylor y Richard Chamberlain.
7. Censurado por Bob Dylan
En 1979 comenzó a cantar junto a Javier Krahe y Alberto Pérez en el sótano del café madrileño La Mandrágora, donde solía hacer una divertida parodia de «Man Gave Names to All the Animals», una canción de Dylan. Al parecer, cuando ésta llegó a oídos del bardo de Duluth no le gustó demasiado y le prohibió interpretarla, extremo nunca confirmado por el propio Sabina, que siguió tocándola en directo en alguna ocasión. Lo que sí es seguro es que nunca la grabó en un estudio.
8. Fue productor de Los Chichos
En 1989, Sabina produjo el álbum doble en directo «Y esto es lo que hay» de Los Chichos, grabado en la sala madrileña Jácara.
9. Fue recibido por Fidel Castro… dos veces
En 1996 conoció a Fidel Castro en persona, tras ser recibido por el Comandante en La Habana. Años más tarde, el artista dijo: «Ha habido dos encuentros con Fidel Castro, uno muy corto y otro más largo… mitómano y cateto como soy, pasar cinco seis horas con él de madrugada, con ese gigante de la historia, me impresionó mucho… en distancias cortas nadie se le resiste, Cuba sigue en mi corazón para bien y para mal… y no tengo más que decir». Pero tiempo despúes sí tuvo algo que decir: «A Fidel Castro lo conozco mucho… las revoluciones envejecen como las personas y algunas lo hacen mal. Eso a él nunca se lo he dicho a la cara, porque hace 10 años que no lo veo, pero sí se lo diría. Cuba es un tremendo fracaso histórico. Amo mucho al país y vivo todas las contradicciones que la isla vive. Hace mucho que no la visito, porque me sentiría muy triste. Leo los periódicos, hablo con gente y sé lo que está pasando y sé que el país está en bancarrota».
10. El experimento con Enrique Urquijo
La amistad que Sabina mantuvo con Enrique Urquijo (de Los Secretos) hasta su muerte fue tan intensa, que juntos abordaron uno de los experimentos musicales más bonitos y quizá desconocidos de la historia de nuestro pop. Decidieron comenzar juntos una canción, para después terminar de escribirla cada uno por su lado y comparar los resultados. De aquella pequeña locura surgieron dos de los mayores himnos de la música española, «Y nos dieron las diez» y «Ojos de Gata». ¿Nunca se había fijado en que comienzan igual?
«Fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto, tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto…».
Autor: Nacho Serrano