Presentó su libro “Víctimas y Victimarios” Anselm Grün, el monje que ataca los abusos de la Iglesia pero advierte: “pasa también en otros credos”

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Es un benedictino y trabaja también sobre las dictaduras y el nazismo. Dice que hay que buscar un camino de sanación y reconciliación. 

Anselm Grün es un monje benedictino que escribió más de 300 libros en los que combina la espiritualidad con la psicología moderna. Coordina retiros espirituales, reuniones, consultorías; da, además, cursos y conferencias alrededor del globo y es muy discutido por la comunidad eclesiástica, ya que sus enseñanzas contradicen los preceptos de la Iglesia.

Sin embargo, vino a la Argentina invitado por editoriales dedicadas a la religió o a la espiritualidad como Ágape, Bonum, Claretiana, Guadalupe y San Pablo -que directamente se define como «católica». Trajo consigo su libro más reciente, Víctimas y Victimarios. En él, aborda temas tan candentes como los casos de abusos sexuales en la Iglesia, el horror de las dictaduras en América Latina y los padecimientos sufridos por la matanza de cientos de taiwaneses en su independización de la China continental. También se mete con la propia sociedad alemana, cuando debió procesar el horror del nazismo luego de 1945 e, incluso, los dolores que dejó la división de las dos Alemanias tras la caída del muro de Berlín, en 1989. Y, en todos los casos –dice- sus reflexiones “no pretenden resolver el problema de las víctimas y los victimarios sino alentar a buscar caminos de revisión, sanación y reconciliación”.

-Abusos en la Iglesia, Holocausto, asesinatos aberrantes, violaciones, dictaduras sangrientas, tortura, robos de bebés… ¿Usted, realmente, cree que es posible hallar el perdón y la reconciliación?

-Que no es fácil es claro pero no podemos seguir con todas estas situaciones de división. En Alemania, después del Holocausto, se trató de tapar, de aplastar el sentimiento por muchos años. El país se enfocó en la recuperación económica y no pudo hacer el duelo. Hasta que todo ese dolor explotó. Escucho que en Argentina hay mucha división, que es una sociedad fraccionada, pero no tenemos que ver la superación de eso como algo que podemos hacer hoy sino como un objetivo al que tenemos que llegar dialogando y perdonando. No hay otra solución. Allá tenemos que ir. Es la historia de todas las naciones que quieren encontrar una unidad. Tenemos que ponernos en serio a trabajar en toda nuestra historia pasada.

Al micrófono. Anselm Grün difunde sus ideas en charlas y libros. / Martín Bonetto

Al micrófono. Anselm Grün difunde sus ideas en charlas y libros. / Martín Bonetto

-Pero las divisiones vuelven..

-Algunas veces nos pareció que habíamos llegado a una solución pero ahora vemos que están emergiendo de vuelta cuestiones que tienen que ver con el nazismo, lo mismo sucede en Polonia: hay como un resurgir de estas fuerzas que dividen, más que nunca tenemos que ver que no hay otro camino que tomarse en serio la historia y trabajarla. Sanarla. Cuando hay una verdadera democracia es posible también trabajar estos temas duros y tenemos que ser capaces de superarlos.

-Usted, en su libro, dice que para sanar las heridas, los victimarios deben rendir cuentas de lo que hicieron y las víctimas deben ser dignificadas para, finalmente, lograr abandonar ese lugar de víctimas. Pero la Iglesia ha ocultado y protegido a los abusadores, con lo cual se ha multiplicado el daño.

-La iglesia debe aceptar que eso está sucediendo y arrepentirse de las cosas que han sucedido. Y no puede más estar protegiendo o encubriendo a los abusadores sino que tiene que mirar mucho más a los abusados. Tengo la confianza, de que la Iglesia va a dejar de estar siempre moralizando y va a tratar la esfera del poder de una manera muchísimo más humana.

-Usted cuenta, en su libro, que muchos sacerdotes que acuden a su consulta no reconocen el daño que causan, “no se dan cuenta” de que está mal lo que hacen y vincula esto con el concepto junguiano de los arquetipos…

-La figura del sacerdote tiene, de por sí, un poder luminoso que le viene de su espiritualidad. Ese poder puede llegar a encubrir sus excesos, sus abusos, que pueden manifestarse como un abuso de poder espiritual, incluso de machismo, con respecto a las mujeres. Y también un abuso sexual. Esto se da también en otros credos.

-También señala, como causa de los abusos la obligatoriedad del celibato y dice que la solución sería integrar esos polos opuestos a los que refiere Jung: la espiritualidad y la sexualidad, a través de cultivar el arte y las buenas amistades. Lo que Freud llama «sublimación». Freud llama «perversión» a la desviación del objeto de deseo y la única manera de no desviar ese objeto, ¿no sería ponerlo en su lugar?

-Los sacerdotes son célibes, es decir, no se pueden casar. Pero, también, se podría dar el hecho de que hubiera sacerdotes casados, lo que sí se tiene que dar siempre es que la sexualidad de la persona humana esté integrada a su ser. Si no lo está, va a encontrar el modo de escaparse y esa persona va a cometer actos que no son buenos. Tiene que sublimar toda esa fuerza sexual, que es una fuerza creativa pero prefiero hablar de integración, en lugar de sublimación, de toda esa fuerza sexual en su personalidad.

-Entonces, ¿usted estaría a favor de suprimir el celibato?

-El celibato no necesariamente tiene que ser dado de baja. Es una buena forma de vivir todo lo que es la espiritualidad pero también tenemos que ser honestos para poder ver y examinar si en la Iglesia no sería bueno ofrecer a los sacerdotes la posibilidad de casarse. Yo acompaño a muchos sacerdotes que, actualmente, han contraído matrimonio y se han alejado del Ministerio pero, en la nueva situación familiar que viven, podrían ejercer muy bien el sacerdocio, cosa que ahora no está permitida.

-Y entonces sí, se podría hablar de integración real…

-Ojalá se pudiera hacer.

Grün Básico

Anselm Grün. Una voz a contracorriente en la Iglesia católica. / Martín Bonetto
Anselm Grün. Una voz a contracorriente en la Iglesia católica. / Martín Bonetto
  • Nació en 1945 en la Baja Franconia (Alemania) y vive, desde los 19 años, en la abadía de Münsterscharzach.
  • Desde hace 28 años, trabaja en una clínica dentro del Monasterio alemán, junto con una psicóloga y un médico psiquiatra, ejerciendo acompañamiento espiritual tanto a víctimas como a victimarios de múltiples padecimientos en el seno de la Iglesia y fuera de ella, entre los que se encuentran crisis de la mediana edad, conflictos relacionados con la vocación sacerdotal, problemas de enfermedades incurables y cómo atravesar el dolor, asuntos de adicciones de todo tipo y, por supuesto, la eterna problemática de los sacerdotes en torno a cómo transitar su sexualidad.
  • Anselm Grün toca el violonchelo, ama a Bach y a Mozart.
  • Dice que el sacerdote necesita conectarse con el arte para “integrar” su espiritualidad con su sexualidad. Freud diría «sublimar», él prefiere decir «integrar».
  • Es doctor en Teología pero, muy pronto encontró que el conocimiento sobre Dios no le era suficiente para abordar todos estos problemas humanos. Así que recurrió a la psicología moderna. Leyó a muchos autores pero resonó muy empáticamente con las teorías del psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), quien -se podría decir- es el más esotérico de los psicólogos de la modernidad.
  • Algunos de los libros más famosos de Grün son leídos y analizados en grupos de estudio de psicología y hasta de astrología en todo el mundo. Entre ellos, ¿Por qué a mí? El misterio del dolor y la justicia de Dios; Espiritualidad para que mi vida tenga sentido y Jesús como terapeuta

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