El placer de ser librero por unos días

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Los propios editores y otros trabajadores eventuales se colocan tras los mostradores de las casetas durante la Feria del Libro

Sobrellevan con buen humor el calor que convierte las casetas de la Feria del Libro en hornos, el soniquete continuo anunciando las firmas de autores y los momentos de tumulto en El Retiro. Más de dos millones de personas pasarán este año por las 361 casetas. Muchas editoriales independientes se ven obligadas a compartir esos pocos metros en los que conviven durante 17 días seguidos. Así reparten gastos. Comprar directamente en sus stands hace que mejoren sus cuentas, ya que suman los porcentajes que habitualmente van a distribuidores y librerías. En la trastienda celebran las ventas. No faltan las cervezas.

Ventas y contoneo. En la caseta de Alpha Decay atiende Rubén Herranz. “Estoy aquí feliz, todos los días de la Feria”. No se le hace pesado estar tantos días, tantas horas. “Por las mañanas es mucho más tranquilo, incluso a veces tengo tiempo para leer algo”. Mucha gente que se acerca conoce bien la editorial. “La mayoría vienen a piñón fijo, saben lo que quieren”. Los libros que más se están vendiendo son Susan Sontag. La entrevista completa de Rolling Stone, transcripción de una charla de 12 horas, y la novela Crudo, de Olivia Laing. Los fines de semana le acompaña la editora Julia Echevarria, nacida en 1990. Rubén nació en 1996; su nombre artístico, Jovendelaperla, en 2016. Estudió Bellas Artes en la Complutense, participa ahora mismo en una exposición en La Casa Encendida y en la caseta se refresca con un divertido ventilador con forma de búho. “Me lo regalaron ayer, pero la verdad es que no hace nada”. En una semana en la Feria ya ha hecho amistades. “Me gusta mucho el contoneo”. Al final de la tarde, no faltan unas cervezas. “Esto está animadísimo”. Entre sus recomendaciones, Kathleen y Christopher, las cartas de Isherwood a su madre, y El tarot creativo, de Jessa Crispin.

Descubrir editoriales. Alpha Decay comparte caseta, la 307, con Vaso Roto. “Me ha tocado muy buena compañera”, dice el artista de Ana Orantes, que trabaja en la editorial. “La verdad es que hemos tenido mucha suerte. Hemos congeniado muy bien”, corresponde ella. Son 15 días de intensa convivencia en menos de cuatro metros. En Vaso Roto trabajan tres chicas en Madrid y otras tres en México. “Siempre teníamos caseta propia. Es la primera vez que hemos tenido que compartir. Ha habido problemas de espacio este año, cada vez somos más editoriales y todas queremos venir”. Ella elige la disposición de los libros. “Antes de venir ya tengo claro lo que voy a poner en la mesa y lo que coloco detrás”. Sus libro más vendido estos días es Sombras diversas, que reúne a 17 poetas españolas, como Luna Miguel y Elena Medel. “Mucha gente descubre nuestra editorial aquí. Es un escaparate muy bueno”.

Animada trastienda. “Todo va a salir mal, y nos parece estupendo”. Con ese lema tres amigos levantaron hace ocho años la editorial Libros del K.O. “Empezó siendo una locura al calor de una borrachera en Benicàssim”, cuenta Alberto Sáez, que se unió a la empresa más tarde. “Estar de librero aquí 15 días me entusiasma. Soy librero frustrado. Es una oportunidad única para poner cara a nuestros lectores y poder hablar con ellos, lo que nos enriquece mucho como editores”. En el día a día se encarga de los números, las ventas. “Hemos consolidado un catálogo, hemos ocupado un hueco que sabíamos que existía, el de la crónica periodística. Tenemos un público muy fiel, que es la base para poder seguir existiendo”. Tras el bombazo de Fariña, de Nacho Carretero, este año celebran el éxito de ventas de El director, de David Jiménez. Comparten caseta, la 317, con Lengua de Trapo y Melusina. “Siempre compartimos vecindad con Astiberri porque nos lo pasamos muy bien juntos”. Los fines de semana les visitan autores para firmar y muchos amigos. “Siempre nos acabamos bebiendo unas cervezas ahí detrás”. La trastienda de la caseta suele estar muy concurrida.

Peyo y Javier.
Peyo y Javier. C. PINA

Equipo sólido. Peyo y Javier trabajan estos días en la Feria del Libro, en la caseta 280. “Somos feriantes”. Peyo está detrás del mostrador de Ediciones La Librería desde hace 14 años. Forma equipo con Javier desde hace 7. Ninguno de los dos forma parte de la plantilla de la editorial especializada en temas de Madrid, pero les contratan edición tras edición. “El 90% de la clientela es gente mayor. Nosotros le damos aire fresco a la caseta”. Peyo trabaja en una tienda de tatuajes y en sus piernas tiene tatuadas las caras de Quentin Tarantino, Harvey Keitel o el agente Cooper de Twin Peaks. Javier es peleador de muay thai, boxeo tailandés. Conocen perfectamente el catálogo de la editorial, en el que hay superventas como Secretos de Madrid y Madrid oculto. “Salen 8 o 10 novedades cada año y nos las leemos antes de venir”. Este año el libro que más venden es Fantasmas de Madrid. Leyendas, sucesos, misterios. Siempre aparece alguien que les sorprende. “Ayer vino un chaval de 8 años que se dedica a hacer planos de Madrid. Nos hicimos fans”.

Adara Sánchez, en la caseta de Blackie Books.
Adara Sánchez, en la caseta de Blackie Books. C. PINA

Codiciadas bolsas. En Blackie Books, caseta 156, está Adara Sánchez. Vende sin parar, controla el stock y organiza las firmas. Es ilustradora y trabaja como librera solo estos días. “Es un trabajo fantasía, como dice una amiga”. Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, es el libro más reclamado este año. Ya lleva 10 ediciones, más de 50.000 ejemplares vendidos antes de la Feria. Vozdevieja, de Elisa Victoria, va por el mismo camino. “Está gustando muchísimo”. Con la compra de dos libros, regalan una bolsa de tela con el logo de la editorial. Es un reclamo adicional para potenciar las ventas. “Mucha gente pregunta si está a la venta, pero sólo la regalamos”. Blackie Books tiene lectores que devoran todo el catálogo. “Hay un auténtico fenómeno fan. Aquí se forman tertulias continuamente, los lectores se recomiendan libros entre ellos. Es una maravilla”. Los editores, Jan y Alice, irán el último fin de semana. “Estoy en contacto continuo con ellos y tenemos un sistema por el que pueden ver las ventas a tiempo real”.

Isabel Bellido y Víctor Sáenz Díez.
Isabel Bellido y Víctor Sáenz Díez. C. PINA

Catálogo completo. Pepitas de Calabaza y Fulgencio Pimentel también comparten caseta, la 169. Víctor Sáenz-Díez es uno de los tres editores de la primera. “El mundo de la distribución está hecho para las novedades. En las librerías se pierde el fondo del catálogo de las editoriales, sobre todo de las pequeñas. Aquí es la mejor manera de descubrir todo el catálogo”, señala. Todos los años viene desde Logroño para vender en la Feria. Viaja en una furgoneta llena de cajas de libros y su bicicleta plegable, para moverse por Madrid. Lagunas. Recuerdo lo que bebí para olvidar, de Sarah Hepola, es su último éxito editorial. “Cuando viene gente a la caseta para agradecernos nuestro trabajo nos ilusiona mucho. Somos una editorial de grandes minorías”. Isabel Bellido trabaja en Fulgencio Pimentel, que debe su nombre a una canción de Vainica Doble. “Viene mucha gente que quiere todo de la editorial. Confían en nuestro criterio”. Este año Paciencia, de Daniel Clowes, comparte podio con El libro de las aguas, de Eduard Limónov. Isabel está encantada con su debut en El Retiro. Era fan de la editorial antes de trabajar en ella. Anima continuamente por Twitter a que la visiten. “Venid a verme, a comprar libros y cómics, pero no me liéis con las vueltas, por favor os lo pido”.

Autor: Custodio Pastor

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