Entrevista a Rodolfo Arévalo, autor de ‘El bosque de Euxido’

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El escritor Rodolfo Arévalo nació en Marsella (1954). Vivió en diversos países debido a los destinos que tuvo su padre y estudió en colegios de habla franceses hasta la edad de 12 años. Aprendió música en el Real Conservatorio de Música de Madrid y perteneció a varios grupos musicales de Folk y Pop Rock, como Margonautas. Toca el bajo y compone canciones: música y letra.

Estudió fotografía general y publicitaria, cinematografía e imagen y sonido. Gran lector de libros de ensayo, divulgación y de vez en cuando novela. En el año 1985 ingresó por concurso oposición a TVE. En la actualidad estudia programas de tratamiento de imagen. Ha escrito varios guiones de cortometraje y es autor de las novelas El Bosque de Euxido (Ed. Grupo Tierra Trivium) y Esclavo Siglo XXI (Ed. Atlantis).

P. ¿Cómo se gesta el origen de El bosque de Euxido?

R. El Bosque de Euxido fue una historia que se me ocurrió allá por el año 1987 y es el resultado de haber reflexionado acerca de la vida, del amor, del trabajo, del sentido de las cosas y de la muerte. Pensé mucho tiempo acerca de estos temas en los años siguientes. Por último y tras una operación de rodilla, que me mantuvo sentado frente al ordenador varios días, decidí no perder el tiempo y dar forma a aquella historia de la que solo sabía el principio por obvio, parte de él lo había vivido, y el final, porque es mi forma de ver la muerte. El resto surgió del trabajo, porque como decía Shumman en su álbum para la juventud la creación es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración.

P. Algunos libros, una vez acabados, cambian al escritor. ¿Ha evolucionado como persona a raíz de este texto?

R. Por supuesto que este texto me ha cambiado, entre otras cosas porque nunca pensé que a nadie pudiera interesarle una historia escrita por mí. De hecho El Bosque lo escribí, más como catarsis personal e introspección, que como una historia para contar a nadie. Es algo muy íntimo, algo que esta en la oscura profundidad de las neuronas, las más ocultas. Muchas personas me han dicho que leerlo es verme a mí, que es un reflejo de lo que soy. Yo disiento, es un reflejo de lo que la gente quiere ver en mí. No solo me ha cambiado a mí, sino que también ha cambiado las cosas que ahora me ocupan. No esperaba publicarlo. Si fue así fue porque mi esposa me lo dijo, “envíalo a una editorial”.

P. ¿Qué le supone que una autora tan emblemática como Zoe Valdés recomiende su obra?

R. Que Zoé Valdés recomiende mi obra es para mí un motivo de orgullo enorme. Más cuando esto me ha permitido tener con ella una buena amistad aunque solo sea a través del teléfono y mensajes de internet. Para que una persona tan ocupada y trabajadora como Zoé quiera perder un rato conmigo a través dela red, ya es todo una consideración. Me empuja a seguir escribiendo. Gracias Zoé.

P. ¿Le ha resultado sencillo trabajar un material filosófico tan reflexivo como El bosque de Euxido?

R. Sí, para mí ha sido realmente fácil, porque es como pienso y siento, digamos que El Bosque de Euxido no he tenido que buscarlo fuera, estaba dentro de mi. El Bosque soy yo.

P. La segunda edición está editada por la editorial Grupo Tierra Trivium. ¿Qué le supone avance?

R. Pues Jimena, para mi es todo un honor que un Grupo Editorial como el vuestro haya querido arriesgar en la publicación de esta novela previamente publicada y de la que obviamente era difícil vender, así de arranque, puesto que la mayor parte de mis contactos ya la habían adquirido. Sin embargo creo que va a funcionar al menos eso espero. Y eso que no es una novela que haya presentado a ningún concurso, lo que ya otorga una buena base de partida. Parece que más gente de la que parece confía en el texto.

P. ¿Qué espera que los lectores sientan cuando lean su obra?

Espero que se sientan vivos, que sea un revulsivo contra todo lo impuesto por la sociedad en que vivimos que suele machacar o trata de integrar en la cultura oficial lo que se sale de ella a los que no piensan de manera igualitaria y a los disidentes. Espero en definitiva que piensen por sí mismos quienes son y dónde van. Cuál es el sentido de sus vidas. Que encuentren las Fresas de la inocencia, el perdón y el olvido.

R. ¿Ha seguido algún proceso de documentación? ¿Cómo ha sido?

Toda la documentación necesaria la había almacenado en mis recuerdos durante cincuenta y nueve años de vida y una existencia de lectura incansable. Soy un lector empedernido tanto de novela como de obras de ensayo y divulgación científica.

JT. ¿Está inmerso en algún otro proyecto?

No solamente estoy inmerso, tengo otras tres novelas acabadas, una de ellas Esclavo siglo XXI, una distopía no demasiado distópica de lo que aguarda a Europa en los años venideros, otra novela sobre la vejez y el cariño llamada Concierto de Otoño, otra que es una fantasía absoluta sobre como nos ven unos extraterrestres que se llama Diario de alto secreto, bajo secreto y últimamente he acabado una que es más para un público juvenil aunque también pueda resultar atractiva al público en general, La esfera oscura. Estoy preparando otra que quiero titular El viaje de una saga.

P. ¿Cuál es el pasaje que más le ha costado escribir en El bosque de Euxido? ¿Y el más sencillo?

R. El pasaje más difícil de escribir en el BOSQUE DE EUXIDO, por la emotividad en el contenida y basado en una historia parte real, parte imaginada fue “Un cigarrillo frente al mar”. El más sencillo quizás el capítulo primero, porque gran parte de lo escrito allí es realidad.

P. ¿Cómo surge la portada? Personalmente, me llama mucho la atención. Cuéntanos quién, cómo y por qué.

R. La portada se la debo al buen hacer de la mujer que me acompaña en esta vida, quizás la única que me ha querido de verdad, aparte mi madre, y me sigue queriendo, a pesar de llevar conmigo treinta y cinco años. Es una excelente dibujante e ilustradora, como casi todo el mundo tiene el trabajo cambiado, es abogada. Ella es la persona que hace que haya tenido sentido mi vida, a la cuál, en muchas ocasiones no logré encontrárselo. Siempre he trabajado incansablemente en todo lo que me he propuesto, pero casi nunca obtuve recompensa. Ella, María del Mar Codeseira, junto a mis hijos Diego y Silvia se la han dado totalmente.

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