La perturbadora obra de Susana Talayero se despliega en el entorno de una librería
Escasean las oportunidades de contemplar intervenciones artísticas, entendidas como actuaciones de un creador en el espacio con vocación efímera. Además, el escenario provocado por la pandemia ha reducido considerablemente la oferta de exposiciones convencionales, y ha establecido limitaciones por cuestiones de seguridad. La propuesta de Susana Talayero en Anti Liburudenda supone una feliz excepción que no podemos perder. A la contemplación de una propuesta artística original se suma la siempre atractiva posibilidad de curiosear en una de las librerías más interesantes del panorama local.
Esta propuesta podría marcar una tendencia atractiva. Por un lado, la posibilidad de establecer intersecciones entre ámbitos culturales que suelen permanecer incomunicados y, por otra, generar interesantes sinergias para los espectadores, que pueden disfrutar del arte y la literatura u otras disciplinas en un mismo lugar. La cultura no tiene por qué permanecer en ámbitos estancos y la necesidad podría activar la imaginación y la solidaridad.
Autor: Gerardo Elorriaga
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