Santiago Kovadloff, laureado en México con un premio internacional de ensayo

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Ganó el VII Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña
Ganó el VII Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña Fuente: Archivo
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27 de noviembre de 2020  • 20:02

Esta tarde, desde las tierras de Octavio Paz se informó que la Academia Mexicana de la Lengua (AML) otorgó al ensayista, traductor y poeta argentino Santiago Kovadloff (Buenos Aires, 1942) el VII Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña. Un destacado jurado, constituido por el director de la AML, el escritor, editor y catedrático Gonzalo Celorio, y los escritores Margo Glantz, Felipe Garrido, Rosa Beltrán y Silvia Molina, todos ellos académicos numerarios de la institución mexicana, reconocieron la labor reflexiva y erudita del autor de Sentido y riesgo de la vida cotidiana. «La obra del escritor y traductor ha sabido recorrer un largo y ancho camino, al que no le son ajenos los diversos órdenes de la experiencia del hombre contemporáneo, desde la literaria misma, pasando por la histórica, la filosófica y la política», destacaron. La búsqueda de justicia y la libertad, la vejez y la muerte, la diáspora judía, la religión y el ateísmo, el amor y la paternidad son solo algunos de los grandes temas que indaga su obra.

«Me sorprendió el premio porque creo ante todo que hay noticias que aun siendo verdaderas resultan inverosímiles -dijo Kovadloff a LA NACION-. Este es un reconocimiento que valoro inmensamente y que me hace oscilar entre la gratitud, el asombro y cierta perplejidad. Hay que estar muy distraído para presumir que la propia obra merece un reconocimiento así, pero una vez que se produce resulta una alegría infinita, que es lo que siento. Una enorme alegría. Es una alegría que, por su intensidad y su hondura, resulta inusual en un año de tantas dificultades en el marco de un país doblemente atormentado por su errancia política y por el acoso del virus, y en un mundo tan complicado como el que tenemos. Tiene algo de consuelo, de sanador, es un amparo y es una fiesta para mí y para quienes me quieren y comparten conmigo el conocimiento de lo que para mí significa escribir ensayos».

El Pedro Henríquez Ureña premia su vasta obra ensayística. «Hay algo curioso -revela el autor-. Nada quiere uno más como escritor que la propia palabra tenga sentido y brinde sostén y sea representativa de otros. Y de pronto, el premio viene a brindarle al trabajo al que uno se ha dedicado toda su vida, con la perseverancia de una vocación, por lo tanto con una pasión insoslayable, un alcance en término de difusión quizás mayor». Respecto de las cuestiones sobre las que escribe, Kovadloff indicó que, por su experiencia como poeta y narrador, siente que los temas no se eligen. «Pueden interesarnos muchos temas, pero aquellos que se nos imponen como algo ineludible, aquellos que quieren ser escritos, son los que demuestran que sobre ellos puede recaer el interés que revisten otros temas, pero hay una íntima urgencia que nos lleva a privilegiarlos, a brindarles una atención en la búsqueda de la expresión que otros temas no alcanzan. En rigor, creo que uno escribe aquello sin lo cual no podría reconocerse como escritor».

Kovadloff, graduado en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, traductor al español nada menos que del portugués Fernando Pessoa y los brasileños Mário de Andrade y Manuel Bandeira, entre otros, e integrante de la Academia Argentina de Letras (AAL) y la Academia de Ciencias Morales y Políticas, se suma a una notable liga de ensayistas hispanoamericanos que obtuvieron el Henríquez Ureña, como el español Emilio Lledó, el chileno Pedro Lastra, la puertorriqueña Luce López Baralt, el mexicano Alfredo López Austin, el profesor y escritor argentino Noé Jitrik, que lo recibió en 2018, y el mexicano Francisco González Crussí, en 2019. Kovadloff recibirá una medalla conmemorativa que ostenta la efigie del ilustre dominicano Pedro Henríquez Ureña, un diploma y la publicación de una obra ensayística suya en la colección Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña.

Su nombre fue propuesto por la AAL, por considerar que su obra ensayística «ha sabido recorrer un largo y ancho camino, al que no le son ajenos los diversos órdenes de la experiencia del hombre contemporáneo, desde la literaria misma, pasando por la histórica, la filosófica y aun la política». Las cuestiones de la vida cotidiana, que el autor iluminó con perspicacia y vuelo filosófico, además de los estragos causados en la humanidad por la experiencia del holocausto y otras formas temibles de la política y la religión en la contemporaneidad, fueron analizados con inteligencia y refinamiento por parte del autor.» En mí sobrevivió un trauma de la dictadura: el horror al autoritarismo y a la censura -dijo a este diario-. Cuando ese sentimiento de opresión se vuelve intenso, necesito escribir sobre política». En dos ocasiones, residió en Brasil (cuando era adolescente, con su familia, a mediados de la década de 1950, y luego como exiliado a partir de 1978, a causa de la dictadura militar). Sus libros han sido traducidos al alemán, francés, hebreo, italiano y portugués.

 

Uno de sus varios libros en el género
Uno de sus varios libros en el género Fuente: Archivo

Además de ensayista, Kovadloff es autor de una amplia obra poética que se inició a finales de la década de 1970. En 2016, el sello Emecé lanzó su obra completa hasta ese momento con el título de Hombre reunido. Poesía 1978-2016. También publicó libros de cuentos para niños y un disco-libro con poemas musicalizados por el guitarrista Lucas Sedler. Con los músicos Marcelo Moguilevsky y César Lerner llevó a escena en el añorado punto de encuentro que fue Clásica y Moderna el espectáculo Informe Pessoa – Fado y poesía de Portugal.

«Siempre escribo en respuesta a una íntima necesidad, al deseo de escribir -declaró en una entrevista-. Cuando la configuración de ese deseo se manifiesta en el ensayo, en el artículo o en la poesía, o aun en el acto de traducir, yo tengo siempre la intención de alcanzar el goce extremo, el goce supremo. No es el género el que nos brinda mayor o menor intensidad, sino su necesidad íntima, es decir, el imperativo que ese género cumple en la vida creadora de un escritor».

El flamante ganador del premio Pedro Henríquez Ureña es además doctor honoris causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Comité Académico y Científico de la Universidad Ben-Gurion del Neguev, de Israel. Integra, como se dijo antes, dos academias argentinas: la de Letras y la de Ciencias Morales y Políticas, y es miembro correspondiente de la Real Academia Española. En 2010, la Academia Argentina de Periodismo le otorgó su Pluma de Honor, por su tarea en la prensa escrita. Entre sus libros de ensayo, publicados por Emecé, se destacan El silencio primordial (1993), Lo irremediable (1996), Ensayos de intimidad (2002), Una biografía de la lluvia (2004), Los apremios del día (2007), El enigma del sufrimiento (2008), La extinción de la diáspora judía (2013), Las huellas del rencor (2015), sobre la grieta política durante los gobiernos kirchneristas, y Locos de Dios (2018).

Actualmente, trabaja en un nuevo libro de poemas. «Aunque a veces hablar de libros cuando se habla de poesía resulta difícil -agrega-. Creo que en los libros de poemas se reúnen pequeños universos representados por un poema y que no hay necesariamente un desarrollo evolutivo entre los textos que componen un libro de poemas. Todo conjunto de poemas es una recopilación de intensidades más o menso equivalentes y cada poema vuelve a dar inicio a ese ciclo que comienza y se termina en cada pieza». También prepara un libro de reflexión política sobre el país junto con el periodista Héctor Guyot. «Estamos esbozando una interpretación del momento que nos toca vivir y de la necesidad de que la república se reconstruya como alternativa en la Argentina».

Autor: Daniel Gigena
Leer más en: La Nación

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