¿Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no?”: el nuevo libro de Alejandro Galliano

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La obra que propone pensar el futuro desde una perspectiva alternativa a las reglas de la globalización actual.

Dentro de las características que tiene cualquier cuarentena, cabe destacar una positiva: los argentinos están consumiendo –y produciendo- información como no suelen hacerlo en momentos de “normalidad”. La lectura, en particular, es uno de esos consumos que se ve potenciado en tiempos de reclusión, donde nos permitimos un tiempo adicional para reflexionar, sobre todo cuando nos enfrentamos a propuestas que nos llevan a indagar sobre lo que nos acontecerá cuando todo se reacomode.

Indudablemente, el futuro es uno de los temas que más nos apasionan. Por ello, el suplemento Educación dialogó con Alejandro Galliano, docente en las carreras de Historia y Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y autor de “¿Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no? Breve manual de las ideas de izquierda para pensar el futuro” (Siglo XXI). “El reseteo de la globalización es una buena oportunidad para pensar qué globalización queremos: o un modelo de negocios financieros o una infraestructura de intercambio y socialización de información”, nos invita a pensar el autor, también colaborador de la revista Crisis.

– Desde el comienzo hasta el final, “Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no” (Siglo XXI) nos plantea un coctel irresistible: historia, análisis político, teoría sociología, economía, filosofía, tecnología, etc. ¿Cómo se te ocurrió cada uno de estos elementos y qué papel juegan en el libro?

La respuesta sincericida sería que pude mezclar los registros porque no soy especialista en ninguno. Ahora, en serio, exceptuando la primera parte que es una síntesis de información económica, el libro tiene el registro general de «historia de las ideas», que es una disciplina consolidada en la que sí tengo alguna especialidad, solo que este libro es una historia sobre ideas del presente: algunas provienen de las ciencias económicas, otras de la filosofía o de las ciencias sociales, y así. A esta altura, el capitalismo más que un sistema económico es una civilización, entenderlo requiere atacar por muchos frentes, y las propuestas de construir una alternativa a futuro son múltiples. El humilde aporte del libro es presentar esos diagnósticos y propuestas de manera amable y ordenada.

Si me apurás, te digo que la historia es una forma de mirar y relatar los temas que me permite aclarar lo complejo y ponerlo en perspectiva, la economía y la tecnología son las herramientas de las transformaciones en curso y de cualquier sentido alternativo que les querramos dar, la filosofía nos permite pensar más allá de lo posible, especular con el destino último de estos cambios para organizar desde ahora una estrategia. La política es la ausente del libro: si bien presenta futuros a alcanzar mediante la acción colectiva, no ofrece una fórmula política específica. Me parece que hubiera sido una pedantería, la política es algo contingente y mejor que la definan los lectores según sus posibilidades.

– En un momento apuntas que, “como siempre, el origen de una sociedad hay que buscarlo en los intestinos de la anterior”. ¿Cómo es la sociedad que está engendrando la actual? ¿Qué contrastes y continuidades ves en esa respecto de la que nos toca vivir hoy y la que se vivió hace algunas décadas?

Creo -y en el libro trato de demostrarlo- que el quiebre se produce a principios del milenio, entre la crisis de las puntocom (2000) y la crisis de las subprime (2008): es en ese periodo cuando culmina la concentración en las grandes fin tech (Google, Amazon, Facebook, Apple), cuando se desarrolla la web 2.0 y su consiguiente sistema ciberfísico (la combinación de plataformas y algoritmos que constituye el actual paradigma tecnológico), y cuando entra en crisis el consenso liberal de los ’80 y ’90, que económicamente desemboca en las políticas de «austeridad» y políticamente en los actuales movimientos de la nueva derecha. Esos cambios signan a nuestra vida actual y son el punto de partida realista para pensar cualquier alternativa: disrupción tecnológica, escasez de recursos y necesidad de contestar a la nueva derecha global con una visión de futuro atractiva.

– Este libro llega a los lectores en un momento muy particular. Causalmente, uno de los grandes aportes que haces es el de contextualizar lo que vivimos, tanto a nivel latinoamericano como a nivel mundial. Hoy nos toca vivir una crisis sanitaria que por la globalización parece haberse potenciado. ¿Cuáles considerás que son los riesgos y las oportunidades que nos plantea la globalización para poder soñar?

Por un lado, el Covid es hijo de la globalización. No solo porque conecta a un sucio mercado de Wuhan con los principales aeropuertos del mundo, sino también porque el sistema productivo/extractivo del capitalismo ya no deja hueco de la naturaleza sin explorar: virus y bacterias que durmieron por siglos en el fondo de una cueva hoy llegan en un paquete de Amazon o un contingente de turistas. El derretimiento del permafrost también puede liberar varias sorpresas sanitarias prehistóricas.

Por otro lado, estos parecen ser malos tiempos para la globalización: a la retórica antiglobalista de la nueva derecha se le suman la contienda entre Estados Unidos y China, y el apagón del Covid. Creo que al final de todo esto, la globalización (al menos en términos comunicacionales y tecnológicos) debería retomar su desarrollo de más de cinco siglos, aunque ya hay teóricos de cierto tribalismo tecnológico como Yuk Hui. En todo caso, el reseteo de la globalización es una buena oportunidad para pensar qué globalización queremos: o un modelo de negocios financieros o una infraestructura de intercambio y socialización de información. El enfrentamiento entre fintechs y criptomonedas influye en ambas perspectivas.

– El motivo por el cual un lector accede a determinado libro es incierto. Naturalmente, una efectiva publicidad logra que se llegue a más lectores. Es posible que haya algunos que acuden a determinados libros para encontrar certezas, reafirmar lo que piensan, aprender algo nuevo, sentirse mejor o, por el contrario, fortalecer sus sentimientos de dolor, ira o frustración. ¿Qué considerás que busca quien lee “Por qué el capitalismo puede señor y nosotros no” (Siglo XXI)?

Sinceramente, no sé qué llevó al lector a este libro porque recién salió y la cuarentena alteró mucho la distribución. Al lector potencial le ofrece un mapa del capitalismo actual y de las ideas para pensar a futuro un modelo de sociedad diferente y, ojalá, superior. Cuando lo escribí pensaba en una introducción amena a debates que escaparan un poco de la coyuntura local siempre urgente (la deuda, el dólar, la grieta, entre otras). El Covid terminó acelerando a esos temas: hoy la digitalización del trabajo, el descenso de emisiones de carbono por el decrecimiento y la posible necesidad de un ingreso básico universal son temas de agenda pública. Así que mi modesto librito especulativo terminó siendo involuntariamente de coyuntura.

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