Las guitarras lloran

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Desafíos del instrumento en el siglo XXI

Los jóvenes de entre 15 y 25 años ya no tienen al rock como su música preferida. Otros ritmos, tal parece, han venido a ocupar el lugar de la música que definió la cultura auditiva del siglo XX, y a la parte inicial del siglo actual, aunque, a decir verdad, con la llegada del XXI el rock comenzó a perder mercado, algo que se fue radicalizando con el paso de los años. Si bien supergrupos todavía en actividad, como los Rolling Stones y U2 llenan estadios cada vez que salen de gira, y que el nuevo álbum del grupo de heavy metal Judas Priest llegó en 2018 a los primeros lugares en venta del ranking de la revista Billboard, esas son excepciones que demuestran la regla, en tanto los tres son vistos hoy como una especie de amuleto de la nostalgia: representan tiempos dorados, pero que pertenecen al pasado.

Debido a los cambios de gusto asociados a las grandes transformaciones que está teniendo la época actual, y entre cuyos daños colaterales figura la extinción del rock como música preferida de los jóvenes, algunas empresas dedicadas a la fabricación de instrumentos musicales están al borde de la quiebra o bien ya la enfrentan. Una de ellas es Gibson, que esta semana anunció que se acogerá al llamado Chapter 11 o ley de quiebras, uno de los últimos intentos legales para tratar de salvar a la compañía.
Desde 1894 la empresa basada en Michigan fabrica las legendarias guitarras, varios de cuyos modelos fueron protagonistas estelares durante los tiempos de mayor gloria del rock and roll. En 1952 Gibson introdujo al mercado el famoso modelo Les Paul. En 1964 Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, se convirtió en el primer músico de rock británico en utilizarla. Otros músicos inmunes al paso del tiempo, como Paul McCartney, John Lennon, George Harrison, Eric Clapton, Jeff Beck, y Jimmy Page (Led Zeppelin), ayudaron en grande para que las ventas mundiales del instrumento se catapultaran, convirtiéndose en el sueño de todo joven que quería ser estrella de rock poder tener algún día una Gibson Les Paul. Nadie en esos tiempos hubiera imaginado que la empresa íntimamente ligada a la música que ha definido a una época iba a terminar así, luchando por la supervivencia.
Ver más en:  El Observador

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